Durante mi niñez recuerdo, que la mayoría de mis amigos se iban fuera de Santiago durante las vacaciones de verano, esto era casi siempre en los meses de Enero y Febrero, la extensión de las vacaciones era variable, algunos se tomaban un mes completo, como los Nouveau que iban a la Unión y Osorno, los López a Caldera, los López Rozas a Con Cón, los Rivera a Lo Miranda, los Yévenes a Gorbea, pero habíamos otros que salíamos por diez o quince días, como era el caso de mi familia, nosotros viajábamos a Viña del Mar, a la casa de mis tíos, a reencontrarme con mis primas y primos. ¡Que felicidad!, cuánta ansiedad sentía los días antes del viaje, todo era tan formidable para mi.
El primer día de mis vacaciones comenzaba como a las cinco de la mañana, a las seis estábamos saliendo desde mi casa con destino a Valparaíso, a veces nos íbamos en micro hasta la Estación Mapocho , aunque en otras ocasiones lo hicimos caminando por Lord Cochrane y Amunátegui, hasta la Estación de trenes, en cuanto llegábamos comprábamos nuestros pasajes en segunda y esperábamos que se instalaran los vagones en el andén, para que apenas abrieran los coches, pudiéramos abordarlos y tomar los mejores asientos.
Estación Mapocho
En realidad con solo viajar en tren ya era una aventura, escuchar el sonido de los carros preparando sus motores, el silbato del inspector, el sonido de la bocina, los sonidos que emitían las ruedas sobre los rieles que cambiaban según la velocidad que adquiría, o por la superficie por donde pasábamos, todo era agradable, el paisaje, el viento, los túneles, los puentes, que entretenido era ver a traves de la ventana, en cada curva pronunciada el largo del convoy, observar la gran máquina con sus ganchos tomando los cables de electricidad de tanto en tanto y ver también el último carro.
Estación Mapocho
Estación Yungay
Estación Renca
Estación Quilicura
Todo era un encanto, disfrutaba cada minuto que duraba ese viaje y que era solo interrumpido, cuando se detenía en cada estación, para tomar o dejar pasajeros, o por los vendedores de bebidas y sándwich del mismo tren, o por mi mamá, que me ofrecía frutas o alguna merienda que me llevaba para el viaje. Recuerdo muy bien las vendedoras de tablitas dulces, sus alfajores con manjar, los chilenitos con merengue, las empanaditas de peras o alcayotas, y los sandwich de ave palta que ofrecían a en las estaciones Llay Llay o La Calera. Nos íbamos deteniendo por algunos minutos en cada estación mientras nos acercábamos cada vez mas hasta nuestro destino la Estación Puerto.
Llay Llay
La Calera
La Calera
San Pedro
Viña del Mar
Viña del Mar
Barón
Valparaíso
Valparaíso
Valparaíso
Estación Puerto
1 comentario:
buenisimo como lo cuentas, me hizo añora aquellos años
gracias
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