Historia del monumento.
Como una síntesis de Chile, Agua, Piedra y Metal,
estos son los elementos que forman el monumento.
1953
Lorenzo
Berg junto al arquitecto Osvaldo Cáceres gana el Concurso Internacional al
Monumento del Presidente Pedro Aguirre Cerda, que había de emplazarse en Plaza
Argentina, un bandejón en la Alameda frente a la Estación Central.
1959
Se le
reencarga a Lorenzo Berg el proyecto, para un nuevo emplazamiento en el extremo
sur de Avda. Bulnes. Se constituye una Comisión Pro-Monumento, y acuerdan que el
artista estudie y perfeccione su obra.
1959 - 1960
Recibe la beca del British Council, y realiza estudios en el School of
Sculpture del Royal College of Art de Londres.
1960
Estando
en Italia, nace la nueva visión del proyecto.
1961
Presenta el nuevo proyecto: las siete piedras monumentales, el espejo de agua y
la llama central. El proyecto es aprobado por unanimidad el 13 de julio de 1961
por la Comisión Pro Monumento e inscrito el 19 de noviembre en el Registro de
la Propiedad Intelectual, bajo N° 24.416 y N° 24.580. Diciembre En ceremonia en
el Senado, se dio por iniciados los trabajos. Es invitado a presentar el
proyecto a la Bienal de Sao Paulo 1961.
1962
En
otoño se inicia la ejecución de la obra; ante el fracaso de la firma contratada
por la Comisión, se hace cargo el escultor a fines de 1962.
1963
En
marzo se llama a concurso para los Jardines del entorno del Monumento por la Municipalidad
Santiago. En octubre se llama a propuesta de ejecución de la Llama Metálica
(Lorenzo Berg, escultor, y Carlos Wiegand, ingeniero calculista). No hay
oferentes y se decide llamar a nueva propuesta. La intervención de la Comisión
Pro-Monumento.
1964
La
Comisión a mediados de año notifica a Lorenzo Berg que debe suspender las
obras. Además, una vez finiquitado el contrato, se le impide ingresar al
recinto de las obras. A la fecha hubo instalado los siete monolitos, hubo
tallado parcialmente la cara de Aguirre Cerda en uno de ellos, además de haber
trazado y construido parcialmente el espejo de agua. Este elemento se “termina”
con una empresa contratista, sin el autor y sin los profesionales implicados en
el proyecto.
1965
El
Monumento, inconcluso e intervenido, se inaugura el 18 de septiembre.
Las rocas son dinamitadas y extraídas de una cantera de MONTENEGRO
El Plan de Recuperación o el de sueño de Kay
Ronald Kay nace en Hamburgo, en 1941, en plena Guerra
Mundial, y llega en 1947 a Chile, con su madre chilena, como refugiados de
guerra.
Ronald recuerda cuando el
monumento se empezó a construir, él Estudiaba en el Pedagógico y trabajaba en
el Instituto de Literatura Comparada de Roque Esteban Scarpa, de la U. de
Chile, en plena Av. Bulnes, a metros de la Plaza Almagro. Kay se propuso alzar
la figura y la obra de un
artista que se anticipó a su época. “Lo que hizo Lorenzo Berg dijo Kay, los bloques de
roca del roquedal de Montegro, que trajo a Santiago son formidables, fue una
experiencia pionera del llamado land art, el arte del paisaje que debuta en los
años 70. Berg se adelantó seis años. Para salvar el monumento, Kay se concentró
en los responsables. Contactó a la familia del artista, muerto en 1984, y
consiguió un material insospechado. Habló con Cristián Undurraga, el arquitecto
a cargo del plan de recuperación del eje Bulnes, y con el Consejo de Monumentos
Nacionales, que finalmente lo apoyó para sacar una gloria de libro que incluye
fotos increíbles del traslado de las rocas y de su paso por el Barrio Cívico
hasta la Plaza Almagro.
“Solo queda y dar paso al
cumplimiento del compromiso con Cristian Undurraga en el Consejo Nacional de
Monumentos para recuperar el proyecto
original, compatibilizarlo con el de remodelación. Ahora se va a requerir voluntad política,
energía y plata para devolverle dignidad a ese escenario escultórico. La
reinstalación del espejo de agua supondrá sacar la tierra y el césped que
terminó ocultando la fuente. Habrá que limpiar esas piedras mil veces
pintarrajeadas y “grafiteadas”. Y habrá que construir lo que nunca se hizo, la
llama. Habrá que expiar la conciencia después de tantos años de abandono,
desidia e insensibilidad”
Hector Soto, La Tercera, 03 de
Mayo del 2014.
“Más que resarcirse en lo
concluso, un monumento conmemorativo tiene la difícil tarea de renovar la
pregunta sobre aquello que merece ser recordado. Emplazado en medio de nuestras
ciudades, no pertenece al ornato sino al imaginario, no decora, sino que
cohesiona, exhorta, redime, purifica o divide”.
Emilio de la Cerda Errázuriz
Secretario Ejecutivo
Consejo de Monumentos Nacionales de Chile
Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales de chile, Lorenzo Berg, Ronald Kay La Tercera.