lunes, 27 de abril de 2015

Monumento a Pedro Aguirre Cerda


Hace ya un tiempo que no había podido revisar ni publicar nada en nuestro blog, pero me encontré con la hermosa sorpresa de hallar varios de sus comentarios y que ya he publicado, gracias a todos ustedes por participar de este espacio, que va mas allá de ser únicamente un lugar físico, son también nuestras vivencias, recuerdos entrañables de nuestras vidas, familiares, amigos y de aquellos años que hicieron de ese lugar, nuestro hogar y nuestro barrio. Hoy, quiero compartir con ustedes, lo que experimenté días atrás.



Paseando por calles del centro volví en forma irremediable, a caminar por un paraje muy conocido por mí, todavía quedan vestigios de aquellos años, edificios, árboles y veredas, a pesar de la diferencia, sentía seguro mi paso a través de aquellas calzadas como cuando caminas firme y confiadamente por el suelo de tu hogar. Miro hacia el fondo de la avenida y voy recordando donde estaban, tal y cual calle, las casas viejas de uno y dos pisos construidas en adobe y ladrillo, las rejas de la plaza, de esa plaza que parecía enorme mientras corría por ella, y su pasto donde me recostaba a observar el vuelo de las palomas, el paso de las blancas nubes y las copas de los árboles que a veces se mecían con el viento. Los árboles inmensos y queridos, palmeras, araucarias, tilos, acacias plumosas, botellas rosas, magnolios, alcornoque y otros tantos, los paraderos de micros y el olor que expelían los braseros de carbón, al pasar por las puertas de las casas conocidas que ya no están, los retamos florecidos vestidos de amarillo a un costado de la plaza y en el fondo de la gran Avenida Bulnes, hoy paseo, el monumento de roca de Don Pedro Aguirre Cerda. Es necesario saber que fue profesor de castellano, abogado, escritor y que aparte de llegar a ser Presidente de Chile, años antes y en distintos otros periodos fue diputado, senador y ministro de distintas carteras, de nuestra República y cuando en 1924 se produjo el llamado "ruido de sables" y posterior golpe militar fue exiliado en Europa durante un año. Don pedro Aguirre Cerda, puso especial énfasis en combatir la pobreza, pero su principal meta era fomentar la educación, creando escuelas y propiciando la apertura de trabajos para los profesores. Conocido ampliamente como el Presidente de los pobres.

“Para que la enseñanza pueda cumplir su misión social con toda amplitud, es necesario que sea: gratuita, única, obligatoria y laica. Gratuita a fin de que todos los niños puedan beneficiarse de la cultura, sin otras restricciones que las que se deriven de su propia naturaleza; única, en el sentido de que todas las clases chilenas unifiquen su pensamiento y su acción dentro de las mismas aulas escolares; obligatoria, pues es deber del Estado dar a todos los miembros de la sociedad el mínimo de preparación requerido por la comunidad para la vida cívica y social; laica, con el fin de garantizar la libertad de conciencia y hacer que nada perturbe el espíritu del niño durante el período formativo”.


Pedro Aguirre Cerda, discurso Presidencial del 21 de Mayo de 1939.


Luego del monumento atrás en el parque, donde una vez hubo un gran solar veo erguidas todavía, las grandes rocas, que una vez fueron parte del colosal monumento que se había proyectado sobre una fuente de agua, de donde emanaban cientos de chorros verticales desde seis círculos de cobre de que se encontraban en el interior de la fuente del majestuoso dolmen donde se deleitaban mis entrañables amigos de infancia durante las calurosas tardes de verano, verano de niños pobres y ricos a la vez.











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