Desde muy temprano por la mañana, los dias sábados como de costumbre, a medida que nos íbamos levantando, comenzaban nuestras actividades recreativas y las cercanas plazas Almagro con su solar, Las Heras o nuestro pasaje eran el centro de nuestros más divertidos encuentros. Solíamos reunirnos a jugar todos los dias una buena cantidad de chiquillos, pero particularmente, ese soleado día de Septiembre, se había ausentado una gran parte de los niños. Después de almuerzo, nos reunimos un grupo de amigas y amigos, cuando de improviso, asomándose desde la esquina, apareció el Genaro con otros cuantos, avisando algo sorprendente para todos nosotros, El Circo había llegado, nada mas ni menos que a nuestro barrio, en el cercano solar del parque Almagro. Salieron corriendo todos los que podían, a ver tan importante acontecimiento. Los camiones, maderas y carromatos se encontraban en medio del tierral y ya estaban instalando los postes para sostener la enorme carpa del Circo Tony Caluga. Muchos de los chicos, fueron reclutados voluntariamente para ayudar a colocar las tablas, que formarían los asientos de las galerías. Desde esa tarde, un nuevo juego se añadiría a nuestras entretenciones, “El Circo” todos queríamos ser como aquellos artistas, algunos empezaron a practicar malabarismo, otros inventaban la forma de hacer un trapecio en sus casas, otros imitaban a los graciosos, humildes y geniales payasos.
En ese tiempo, hubieron muchos circos que presentaban sus espectáculos en el mes de Septiembre, Circo Tony Calulga, Los Tachuelas, Las Aguilas Humanas, Búfalo Bill, Sudamericano, Ruso, Atayde, etc.
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